El meloso contagioso
Eran tiempos de oscuridad y represión. En aquella época Fran conoció a Paula en el bar Zurich. Paula era una chica argentina que en tiempos había sido becada en Moscú, como muchas personas de países subdesarrollados en aquella época. Estudió en la universidad de Lumumba, lo que le permitió trabajar más tarde en París como locutora en Radio Pirenaica, la emisora libre. Durante sus emisiones Paula arengaba con mucha energía a los oyentes: “¡Proletarios del mundo, en esta época de represión y oscuridad no podemos dejarnos vencer por los tiranos capitalistas. Hermanos, unámonos y demostrémosles que somos mucho más fuertes. Nuestra libertad nos ampara!”1
Lamentablemente, un día sin querer, con la emoción del directo hizo pública como noticia una confidencia que le habían hecho acerca de la situación de las campañas del Che Guevara en ese momento. Paula no lo hizo con mala intención, todo lo contrario ya que lo que pretendía era que el mundo apoyase su causa. Sin querer dio pistas que no debía y consecuencia de ello parece ser que el Che corrió peligro.
Tuvo que salir de París, llegó a España y conoció a Fran. Desde un primer momento éste se sintió atraído por la personalidad, la intelectualidad, el nivel cultural de Paula, su dominio de la literatura, la ensayística y por la cantidad de gentes interesantes que había conocido.
La relación amistosa fue agradable y sana mientras duró, excepto por el efecto colateral de que se le pegó el acento argentino. Suele pasar como causa indirecta del contacto continuado y además sucede de forma involuntaria. Se nos puede adherir el acento de otro país, de otra región, incluso la forma de hablar de alguien a quien admiramos, un artista o un personaje incluso de ficción, por ejemplo el tono duro de Humphrey Bogart, la firmeza de Clint Eastwood o la coquetería de Marilyn…2 Se podría decir que es el contagio de la admiración o del interés. Por ejemplo, si tenemos un amigo o una pareja con la que compartimos muchas vivencias y a la que apreciamos, al final, parece que nos contagia sus gustos musicales, sus comidas preferidas, sus ideas políticas y destinos turísticos favoritos.
La cuestión era que Fran se dirigía a todos los que conocía o les respondía con acento argentino por lo que los demás se extrañaban bastante y le decían:
-Pero Fran, tú no eres argentino, entonces ¿por qué hablas así?
A lo que Fran respondía regañando y renegando de ello siempre… pero con acento argentino.
-Mira qué sos boludo, yo no hablo con acento argentino sos parecerá, dejáme en paz de una p*** vez-. 3
Y así como Judas negó a Cristo, igual renegaba él de su acento, pero con acento.
Un día encontró a una chica muy mona, morenita, con gafas y con aspecto formal que estaba leyendo un libro.
Fran era vergonzoso para ligar, se podría decir que cobarde y no se atrevía a acercarse pero por otro lado su deseo le instaba a que lo hiciera, a que se aproximara a esa chica y hablará con ella. Al final entre el miedo y esa cobardía que le impedían hacerlo, el poderoso deseo se vio arrastrado por las corrientes tumultuosas y acercándose se atrevió a decirle:
-Hola linda, os llevó observando leer un buen rato…. -y le preguntó -Perdoná, ¿puedo saber qué leéis vos?
La muchacha, algo sorprendida, le respondió que se trataba de La piel de zapa4. Este relato guarda ciertas similitudes con otras novelas como El retrato de Dorian Gray y la obra de Goethe, Fausto5, en estas obras se vende el alma al diablo a cambio de triunfar en la vida. Fran siguió indagando:
-Y… ¿sos parece interesante? Aunque para interesante estás vos leyendo este libro. ¡Qué linda!6
Ella le preguntó si era argentino, estaba claro por su acento, a lo que Fran, desconcertado, respondió de forma precipitada que sí, sin pensar en las consecuencias a largo plazo que se podían derivar de esa respuesta, como por ejemplo que dentro de unos días volviera a encontrar a la chica y recordase hablar en argentino o si dentro de un tiempo se podría ver condenado por esa mentira…. pero en ese momento respondió en función de objetivos a corto plazo, porque como argentino parecía suscitar receptividad y aceptación, con esa forma de hablar, labia y sobre todo por decir lo que uno quería oír. Cómo lo que Fran le dijo a la muchacha:
-Vos sos buena lectora ¿verdad?
Y repitió la respuesta de ella añadiendo afirmación halagadora e interés simultáneamente:
– Así que lectora aficionada. Pero qué interesante sos, más que eso, ¡encantadora!. ¿Y de qué trata el libro linda?
Y la chica le explicó qué trataba de un hombre que recibía una piel mágica a la que podía pedir deseos y cada vez que se cumplían la piel mermaba. Lo que él no sabía era que también mermaba su propia existencia por lo que finalmente cuando la piel, tras muchos deseos usados, se encogió hasta desaparecer ,también él terminó su vida. Fran le preguntó:
-Y vos ¿qué le pedirías a la piel de zapa?
Con su acento argentino deliberado iba poniendo diferentes pegas a todos los deseos que ella le iba diciendo, encontrar el amor, una casa, hijos..7. Entonces fue ella quien preguntó a Fran qué pediría.
– Me perdonarás, pero se te ve tan linda con la carita blanca, las gafas negras y esa boquita de piñón leyendo esas cosas tan diablas que me entró un alocado deseo de besarte.
– Pero no ves que con el deseo de un beso tu zapa encogería?
-Vos no tenés que preocuparte, que tengo mucha todavía y vos os lo podés permitir que tenés la zapa entera…
COMENTARIOS
#sagaFran #ligue #imitación
Este cuento saca a la luz mecanismos de influencia e imitación, aprendizaje imitativo. En este caso el efecto es cómico porque se contagia más que algo profundo el deje superficial del habla.
El sujeto ‘infectado’ no reconoce estarlo e incluso cuando reniega de la acusación en su defensa y negación de los hechos, expone la prueba que le señala.
También jugamos con las palabras en un momento de seducción, haciendo insinuaciones jocosas que sólo causan efecto si el oyente es capaz de ir más allá del sentido literal o usual de las palabras y referencias semánticas e intuye lo que se le sugiere de forma velada recurriendo a un sentido metafórico o malintencionado.
Estas figuras conectadas con el humor, la ironía, el doble sentido requieren adivinar dobles intenciones, desconfiando de la oficial y buscando otra secreta. La representación -más aún que la lectura- ayuda a captar estos sinuosos matices de homo ludens8, marcando mediante recursos dramáticos, tonos de voz, gestos y derivación al absurdo las claves de acceso a la capacidad de decir lo no dicho.
El cuento no proporciona un ejemplo de cómo a un padecimiento (contagio de tonillo idiomático) se le saca un rendimiento (ligue).
NOTAS TÉCNICAS
Propuestas de dramatización: Se escenifican los efectos del contagio, valores, costumbres que se nos pegan, los usuarios verbalizan algunos ejemplos propios de ‘contagio’, dos ayudantes explican las variantes del Fausto9 y el Retrato de Dorian Gray10 estimulando así niveles narrativos complejos y enriquecedores (historias dentro de la historia). Se escenifica la escena de seducción, marcando dramáticamente algunos elementos como corto-largo plazo, seducir con un lucir o un mentir, halagar, hacer sentir importante a la persona.. Finalmente introducimos algunos elementos de humor utilizando la misma historia de la piel de zapa (similares a qué harías si te tocara la lotería).
NOTAS
1El narrador imita una arenga radiofónica, la que facilita el texto pero puede ser otra improvisada en la que se introduzcan circunstancias de particulares de la institución que acoge a los presentes.
2¿Qué actores o actrices te han influido en gustos o maneras de ser?
3Entre el narrador y un auxiliar que hace de Fran hablando con acento haciendo evidente el deje argento a través de la misma negación de quien lo tiene.
4 “La piel de Zapa”, Honoré de Balzac, ed. Plaza
5 Dos auxiliares de prácticas aprovechan para contar a modo de historia dentro de la historia los resúmenes de ambas novelas (el retrato que envejecía mientras Dorian disfrutaba de la juventud, el pacto de Fausto con el diablo para conseguir a Margarita). La Piel de zapa da poderes a cambio de empequeñecer. Son relatos que amplían el “mentir para seducir”.
6El auxiliar que hace de falso argentino y la chica completan la escena que leen e improvisan según el sentido del texto o recitan de memoria (algunos de los presentes realizan paralelamente taller de teatro).
7Pero qué decís del amor ¿el amor no se encuentra, te encuentra y no tenés más remedio que !; Una casa decís, pero para que querés una casa si es una prisión que te obligó a vivir en el confort y dejáste de ser tu misma. Hijos? Querés traer hijos a este mundo podrido, vaya favor que les hacés..
8 “Homo ludens”, J. Huizinga, Alianza Editorial.
9 Fausto, J. W. Goethe, Galaxia Gutemgerg.
10 “El retrato de Dorian Grey”, O. Wilde, Ed. Austral.