El Flix y la banda del Meca

El Flix y la banda del Meca

El Flix, de niño había sido aturullado y alelado por una madre que le asfixiaba con mimos. Le achuchaba, le apretaba y le exprimía hasta dejarle sin respiración. Esto hacía que creciera argüellado, estirado en curva esquiva, huyendo de los brazos-tenaza de la madre.

Una madre cariñosa atonta a cualquiera.

La madre, además de hiper-madre, era verdulera. Conocía a mucha gente en el barrio y paseando con el niño iba saludando a todo el mundo. Él evitaba a la gente en la medida de lo posible y aguantaba impasible sin decir una palabra a fin de no dar pie a alargar esos momentos de efusión social. Se intentaba escabullir y si hubiera sido posible incluso desaparecer.

-Hola Sole, ¡Cuánto tiempo sin vernos! ¿Ya no vas por la peluquería del barrio? ¿Te acuerdas de mi chico?

-Pero venga, saluda,.. no seas así, que no digan que eres un antipático y un maleducado.

-¡Hombre Marisa! Me alegro de verte, ¿Qué tal te va? Voy con mi chico a hacer recados. Anda saluda…

-¡Este niño! Siempre igual, parece que no tenga lengua, no sé a quién ha salido, desde luego a mí no.

El Flix acumulaba fama de serio, insociable, tímido y sin palabras, ni respuesta a la orden de “¡vamos, habla, di algo!”1

Y no sólo estas experiencias le afectaban al Flix. A veces era peor, porque su madre pasaba de golpe de tenerle apegado las veinticuatro horas a querer deshacerse de él.

-Anda, vete un rato a la calle que tengo que lavar y vuelve a la hora de merendar.

En esa época se juntaba con su amigo Enrique y jugaban a inventar fantasías, a ser héroes, apaches. Historias de aventuras en las que disfrutaban juntos.

Construían munditos, montaban espectáculos aventureros y a veces hacían campamentos sioux con los niños más pequeños.

En esos días se veía por las calles, lo que sería con el tiempo la afamada banda del Meca, que daba sus primeros pasos en la zona. Se apiadaron de él y le dejaron hacer colaboraciones de minucia. Empezó a participar de pequeñas fechorías. Sótanos de Villa Coscolla donde encontraban cosas interesantes como bicis, tuberías de plomo, 2

Otra misión acostumbrada era controlar el territorio de los Reco. Ocupaban los bancos del parque para que ellos se fastidiaran y no los pudieran usar como atalaya estratégica. Asaltaban la caseta de la estación o estropeaban el agua de la fuente del Gibon a la que iban ellos a beber. Lo más fuerte era asaltar la chatarrería de los Reco donde guardaban lo que robaban.

El papel del Flix era el de avisar por si venía alguien. Le tuvieron que enseñar a silbar para hacer la señal 3. También servía para meterse en ventanucos pequeños y guardar herramientas como martillos, cajas de tornillos y clavos,..4

Le acogieron como la mascota benjamina. Gracias a esta banda el Flix empezó a espabilarse. Una señal del cambio fue que comenzó a cobrar unos céntimos a la chiquillería como cuota de entrada a las tiendas de cañas.

Los de la banda para entrenarlo mejor y que no siguiera atontado le ofrecieron entrar de lleno en la banda. Le propusieron unas pruebas que superándolas merecería ser miembro tutti pleni.

Las pruebas fueron :

  • Colgar latas en la cola del gato de los Reco.

  • Envenenar con salchichas al gato preferido de los Reco, Pulgas.

  • Entrar al jardín de la vecina enferma que está en silla de ruedas, la Feliciana, y darle de comer un yogur.

  • Y otra osadía adicional a su propia voluntad, libre albedrío, creatividad,…

Con el gato necesitó mucha paciencia. Estuvo yendo muchos días para que se acostumbrara a él y consiguió ponerle las latas con el truco de ofrecerle unos higadillos suculentos.

Para envenenarlo robó insulina y jeringuilla de su tía que era diabética, también pastillas anticonceptivas de su madre y un poco de lejía. Lo mezcló todo y se lo inyectó a las salchichas, pero para su sorpresa el Pulgas no se murió, sino que se volvió más alegre que nunca. Estaba de lo más pimpante. No pasó esta prueba.

En la casa de la Feliciana, fue complicado subir la tapia. No era de las modernas electrificadas o con alarmas sino que tenía unos cristales pegados en el cemento, culos de botella y otros vidrios cortantes, que le dejaron algunas heridas de guerra.

Pero pasó y le dio el yogur a la mujer que no se quejaba de nada. Al rato cuando estaba ya fuera de la verja oyó una ambulancia y gente que gritaba,

-“¡Se ha atragantado con un yogur!” “¿Pero cómo ha podido cogerlo ella si no se puede mover?”

Él no dijo nada a nadie por si acaso, ni a los de la banda tampoco, por si le censuraban por inhumano, porque por debajo de su pillería había una santería. Todo el mundo debe tener secretos que se oculten, es normal tener secretos vergonzosos, que te hagan caminar arrastrando los pies, que te hagan hablar más bajito y te den aspecto atormentado.5

Como última prueba se le ocurrió hacer una broma a Reco. Escribió una carta de amor como si fuera la Ruba. Hizo una caligrafía bonita, aunque la Paca no escribía muy bien. Le tiraba los tejos, le decía:

Me he fijado en ti. Que soy de otra banda, no me atrevo, ojalá tú dieras el primer paso, que tuvieras la iniciativa.”

Este atrevimiento le parecía genial, enamorar a Reco, reírse de él, una broma cruel. En la guerra todo vale, dicen que la crueldad está permitida. Esta osadía en parte salió y en parte no. Reco se enamoró y dio unos pasos para quedar con ella. Ella pensó al principio que le iban a pegar, a violar,….Pero no. Surgió un apasionado enamoramiento provocado por la misma fuerza que tiene el amor de enamorar. El Reco puso mucho entusiasmo y logró que la Ruba se prendara de él y con el tiempo se cambiara de banda.

A veces quieres hacer un mal y haces un bien. Otros pretenden hacer un bien y hacen un mal. El bien y el mal se burlan de sí mismos. No dijo nada a los de la banda por si le censuraban…

-”Para qué haces eso” “Pero de qué vas, te has pasado…”

Al final le dejaron entrar en igualdad de piña en la banda, porque en realidad no eran tan estrictos con los rituales de iniciación.

Y al poco tiempo de estar dentro les cogió la policía y les detuvieron por llevar cosas sospechosas, un candelabro, 6

Ese día el Flix no llevaba nada y pudo librarse exculpado por los mismos compañeros que tuvieron a bien protegerlo. El susto no pudo quitárselo de encima y abandonó la banda para siempre.

Por la radio y la tele fue siguiendo las andanzas de la banda que se fue haciendo famosa, pero perdió totalmente el contacto.

Pasó el tiempo cuya mayor virtud era que todo lo borra.

Recordaba esa etapa de su vida como la más dulce y bonita porque sólo en ese momento se sintió tan vivo. Luego le sobrevino una era oscura.


COMENTARIOS

#sagaMeca #sagaFlix #ambivalencia #lealtad #secretos #adaptación

Se inicia el cuento describiendo la ambivalencia en la que vive El Flix: un amor excesivo en algunos momentos seguidos de un total abandono. El desarraigo que implica no aceptar lo primero y estar incómodo con los segundo, le lleva a Flix a buscar un refugio en la banda del Meca, que al menos tiene la virtud de aceptarlo a pesar de su corta edad.

Hace sus pinitos como avisador, avanzadilla de entrada por agujeros estrechos y colaboraciones modestas. La proponen al cabo de un tiempo la integración en la banda, en la que ya está, pero mediante un ritual de iniciación lo estará de una forma más implicada (con una especie de juramento de pertenencia). Las pruebas consisten en ataques al gato de la banda rival de Reco, y en dar un yogur a la dama de jardín. A esta última la causa la muerte indirectamente provocando que se atragante. No quiere que nadie sepa de esta actuación. Ese secreto inconfesable es como su iniciación personal al mundo adulto, sin el apoyo de nadie, cargando con sus culpas y errores.

En una ocasión que la policía sorprende al grupo de rateros sale bien parado porque no llevaba encima ningún objeto robado encima y los compañeros tienen a bien, por su lealtad interna con los suyos, dejarlo al margen para que no sea detenido.

Flix deja la banda en ese momento de la infancia del grupo, pero sigue sus famosas andanzas pro televisión. Su vida cogerá un rumbo anodino, y se supone que su vida trascurre son grandes entusiasmos (viviendo al día). Al trascurrir los años Flix recordará esa época de formar parte de la banda del Meca, como la más interesante de su vida, a pesar de que socialmente tal vez sea algo carente precisamente de mérito. El comentario final sugiere que el rumbo de los acontecimientos ha sido para Flix un ir a la deriva, dando tumbos, un dejarse llevar por las circunstancias, un modo de adaptación empobrecido.


COMENTARIO DE T.O. EN PRACTICAS.

Durante la representación de la historia, se preguntó a los usuarios sobre determinados aspectos del cuento: si habían participado en alguna banda, si habían jugado en la calle, si tenían algún mote.

Además, se representaron algunas escenas de la narración, incluyendo de forma activa a los usuarios que escuchaban el cuento. Las escenas que se representaron fueron: el momento en que la madre achuchaba y atosigaba al Flix, en el que se escenifica el exceso de amor como anulando la personalidad del amado, el momento en que la madre saludaba a la gente del barrio, con una utilización del amor como trofeo social para presumir, enorgullecerse, provocar envidia, buscar la aprobación del rol maternal, y el momento en que el Reco intenta ligar con la Ruba, pidiéndole una cita, ejemplos de seducción improvisados.

Los usuarios mostraron interés por el cuento, estableciéndose un feed-back comunicativo entre la narradora y los participantes en la actividad, respondiendo atentamente a las cuestiones y comentando las escenas representadas.

Lo que más nos ha llamado la atención ha sido el número considerable de personas que participaron en la actividad y su interés por desempeñar un papel activo en la representación de las escenas olvidándose de la vergüenza y del temor a ser mirados, improvisando cada situación.


NOTAS TÉCNICAS

1Esta frase se la decimos de sopetón a un oyente como si fuera el niño interpelado.

2Contribuciones de los presentes que recuerdan cosas que unos niños pueden encontrar para vender.

3Hacemos una ronda de silbidos

4Tenazas, berbiquí, formón y toda clase de instrumentos de trabajo manual que los oyentes recuerden.

5 Narrador bromea: ¿alguien tiene un secreto oscuro aquí? ¡pues no lo contéis por si acaso!! Por si alguien piensa mal del que se atreva.

6Una cubertería de plata, y así cosas que podría una banda hurtar de las casas

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