Con panecillos vamos rellenando con atún y anchoas uno, tortilla y queso otro, botellín de agua, fruta, y cogemos el autobús hasta Peñaflor y bajamos frente a una poza del río Gállego.

Hace bastante calor, el camino de bajada es pedregoso, pero llegamos al borde del río.

Algunos se bañan y otros recuerdan viejos tiempos de ir con la familia a bañarse al río (antes de que hubiera piscinas, claro está)

Comemos, bromeamos y dejamos que la naturaleza nos relaje y nos anime, poniendo en practica la expansión del alma que produce el agua, el árbol y la tierra.

Un grupito hacemos senderismo sencillo siguiendo caminos arbolados bordeando el río.