Soy una semilla
En la vida de Gerardo todo fue por azar. Pero no me refiero a que las cosas fueron caprichosas y circunstanciales como la semilla del sauce que fructifica ahí donde cae o de lo contrario se pudre a los pocos días, sino que los acontecimientos sucedieron de una forma que nunca le parecieron ni razonables, ni justos, ni mucho menos deseables.
Le tocó en suerte un padre gruñón y déspota. No toleraba los ruidos de los juegos, ni la efusividad, ni las voces aflautadas de los niños, especialmente a la hora de la siesta, en la que permanecía el resto de la familia paralizada y quieta. 1Despreciaba con insultos los fallos y equivocaciones que aprender a vivir comporta2
Les tenía amedrentados con supuestas dificultades para sobrevivir so pena de ir a parar a la calle, que requerían sagrado respeto a su imperturbable descanso, continua vida social en los bares y el sacrosanto deber de obedecerle en todo.
Gerardo podría haber sobresalido en algo y haber disfrutado las mieles del éxito, como los cocoteros que al navegar flotando a algún lugar acaban por germinar. Pero no era bueno en los deportes: no vales para nada, sangre de horchata, parado, atontado, alelado..,3 le decían sus compañeros al verlo inadecuado para el regateo, la broma o la picardía.
Los profesores lo encontraban escarificado como una semilla de sabina envuelta en jugos gástricos que no puede salir de su propia cascara petrificada. Eres mas tonto que mandar de encargo, no te enteras de nada, burro, más que burro…4sentenciaban.
Como el letargo de la acacia de tres puntas, su testa era impenetrable a las exigencias formadoras y no fructificaba, yermo en el páramo de las glorias educativas.
EL primer amor tardó mucho más de lo previsto. Fue como un hierbajo, una avena loca sterilis o fatua cuya semilla envuelta en lema y palea dormiría en el banco de las semillas persistentes a las que les iba mal demasiada agua, demasiada luz o demasiado calor. Los demás compañeros sabían alardear, bromear o hacerse los interesantes, pero Gerardo siempre resultaba soso, cortado, aburrido, apocado y poco hablador, …5 como para atraer a una posible novia que le quisiera. Su amigo Eduardo le consolaba diciendo:
-El amor vine cuando MENOS lo esperas. Tienes que dejarlo venir por sorpresa sin forzarlo, porque si tienes prisa se va corriendo.
-Ya, pero reconoce que El Quique, Roberto, Luismi y Javi6 hace tiempo que tienen novias, tu mismo tres, y ya me pregunto si tengo la peste o qué.
-Tu tranquilo que ya te llegara tu hora, como al lilo que nace cuando hace mucho frío o al abedul que depende de la duración de la noche..
-Mientras no sea como el trigo kamut que dicen que pudo estar 3000 años en una tumba faraónica antes de florecer…
En el desierto también llueve, pero tiene que llover mucho para que las semillas aletargadas se lo crean, reblandezcan y resurjan las plantas. Primero fue la chica gallega con ganas de fiesta que conoció en un concierto de rock y que no pretendía ir mas allá de la carrera que Gerardo, entusiasmado, le pedía. Luego Carmina, que tenia una visión excesivamente maravillosa de las personas que no lo eran en absoluto. Laura, que se cansó de ser la suplente de la esquiva Ángela, que era quien le gustaba a Gerardo. Después Yolanda, enamorada del amor, que dicen que dura tres primaveras 7. Hasta que finalmente, no por determinación o mérito, sino por fuerzas telúricas como las que rompen semillas impermeables con un exceso de agua o una corrosión oportuna, así el el agnus o árbol del paraíso se abrió camino en forma de Silvia, con la que encontró sosiego durante muchos años, hasta que el periplo de las hecatombes se la llevó de su vida por medio de un cáncer, que hasta la vida de las plantas más fuertes no están exentas de plagas o incendios, dejando exiguas semillas de repuesto abandonadas a la espera de una nueva era.
En los trabajos tampoco tuvo fortuna o siquiera consiguió un pisito Los vientos le llevaron la primera vez a Sanitarios Roca, luego rehabilitó pisos en el centro, fue a Picolín, al Fuelle, al restaurante la Casa Emilio, a los chalets de Montecanal 8, períodos laborales interrumpidos por sequías monetarias y sometido a las bajas temperaturas de la gélida economía.
Las relación con Paquita no puede llamarse amor sino puntal de vigas que se apoyaban para no caerse. De forma que aunque algunos pudieran pensar que Gerardo tuvo buena suerte porque vivió, amó y trabajó, no olvidemos que suerte es azar.
Cuando Gerardo enfermó gravemente, le visitó una bruna de ácido giberélico y de citoquininas de esas que hacen resucitar hasta semillas de enebro9, Gerardo, desquiciado por la enfermedad y la proximidad de la muerte, quiso pedirle una nueva vida:
-Reconozco que soy un vegetal, ¡fertilízame para que pueda tener todavía una vidilla estival! -le rogó Gerardo, desesperado-.
-Tu cerebro no tiene dos cotiledones, sino hemisferios, ni tienes esqueje, más bien columna vertebral y en vez de raíces, pie, ni eres un loto que pueda surgir de un milagroso humedal -le contestó sensatamente la bruma cito-potenciadora-.
-Pero reconoce que soy un tipo de semilla que si ha vivido por casualidad ha sido cuando el frío, la noche o el agua del azar han querido.
-Lo siento, pero no eres un vegetal, así que no voy a reblandecerte el pericarpio como a una orquídea, para que su fuerza inhibitoria sea anulada por la potencia de la bruma cual hormona de crecimiento.
-¡Quien fuera una orquídea! -exclamó Gerardo antes de morir.10
COMENTARIOS
#Crecimiento #dignidad
Metáfora del “según siembras, así cosechas” aplicado a la educación de Gerardo, no muy afortunada en lo que respecta a ser reconocido, valorado o apreciado. Debido a esas carencias se hace mendigo de amor, busca trabajo y parece ser que los fracasos le vuelven un ‘vegetal’, con una vida empobrecida. De aquí que paralelamente el vegetal que siente ser tenga las vicisitudes de las semillas de distintas especies. Según que tipo de semilla se sea el método de crecimiento es distinto, humedad, calor, tiempo.. La muerte se le aparece como un deseo para finalmente dejar de sufrir como humano y ser una bonita orquídea.
NOTAS TÉCNICAS
1Escena: El padre ronca mientras los demás, un grupo de oyentes, van de puntillas, hacen mímica -tengo que salir, o hacer pipí, por ejem. Dicho con gestos o con aspecto aterrorizado.
2Con voz estentórea el padre, o sea el narrador dirigiéndose por turno a varios de los presentes, grita ¡Eres un inútil!¡No vales para nada! ¡No sé a quién has salido! ¡!Más torpe no podías ser! … si alguien se anima a proseguir con la retahíla aprovecha la ocasión.
3Momento para improvisar una lista todavía más larga de críticas que permitan sentir colectivamente al ser despreciado.
4De nuevo participación en la lista semántica
5Alguna sugerencia más del coro de colaboradores
6 Añadir nombres a esta lista de amigos que hemos tenido
7Se insertan nombres con coletilla (ejem. “Lucia…. que le dejó para cuidar de su madre enferma”) de algunos participantes, contaminando la historia con la suya propia.
8 Los oyentes pueden citar empresas en las que han trabajado para implicarse en la historia como si a ellos les hubiera sucedido.
9Crear un efecto visual con un papel de estraza colgado de un hilo con cierta silueta humana. En el diálogo siguiente alguien puede ponerse detrás de de la silueta que hace las veces de ácido giberélico y desde allí realizar las réplicas.
10Inspirado en la serie Capitán Harlock: “Las Massoni son guapas pero no son mujeres, son plantas”